El activismo cívico, la militancia social organizada y estructurada de la ciudadanía, en despliegue de un firme compromiso con la mejora colectiva, es hoy más que nunca el motor de las políticas públicas y las legislaciones y de ahí parten la mayor parte de los progresos en las sociedades democráticas avanzadas.
De este modo se ha expresado hoy el presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad(CERMI) y de la Fundación Derecho y Discapacidad en su intervención en una de las clase magistrales de Máster de Discapacidad, Autonomía Personal y Atención a la Dependencia, en la que ha disertado sobre el diálogo civil en la esfera de la discapacidad y la acción social.
Tendremos las políticas y las legislaciones, añadió Pérez Bueno, que sepamos ganarnos merced y en proporción a la intensidad de activismo que hayamos desplegado en defensa, promoción y efectividad de la causa social que sostengamos.
Esto, que es un hecho, no debe percibirse como un reproche u objeción a la democracia, al sistema de representación y de partidos, a los cauces más tradicionales de la participación política y la toma de decisiones, que parecían los únicos titulares de la acción pública, sino que han de verse como lo que son en realidad, en ensanchamiento de la democracia y un perfeccionamiento de la vida en comunidad.
Para Pérez Bueno, este empoderamiento de la sociedad civil, que está llamada a ser cada vez más decisiva en la adopción de decisiones políticas, comporta también una enorme responsabilidad, pues como agentes del debate social y la vida pública tenemos la obligación reforzada de ser modélicos, de llevar la ejemplaridad al extremo. Además, concluyó, nos obliga a ampliar la base social, la militancia de más personas, lo que nos otorgará legitimidad y robustez.