- El Comité Ejecutivo del CERMI Estatal ha aprobado este jueves una declaración que recoge los riesgos y oportunidades de la inteligencia artificial, cada vez más en auge en la sociedad actual y en el futuro
(Madrid, 14 de mayo de 2020).- El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) ha reclamado que los avances en inteligencia artificial se realicen desde un enfoque de igualdad y no discriminación, incluyendo la accesibilidad universal y el diseño para todas las personas, para evitar el mayor riesgo de vulneración de los derechos y libertades que tienen las personas con discapacidad.
Así lo recoge el pronunciamiento político ‘Inteligencia artificial y personas con discapacidad desde una visión exigente de derechos humanos’, aprobado por el Comité Ejecutivo del CERMI Estatal, reunido este jueves de manera telemática para abordar diferentes cuestiones de la agenda política de las personas con discapacidad y sus familias.
“El uso y aplicación de sistemas artificial de inteligencia ha pasado, en muy poco tiempo, a convertirse en una realidad en la vida diaria de la inmensa mayoría de las personas, pero a pesar de ello, cada vez más voces autorizadas manifiestan preocupaciones derivadas de su utilización en nuestras sociedades hipertecnologizadas, en especial en el goce y ejercicio de los derechos humanos”, advierte el CERMI.
Según el pronunciamiento de la plataforma representativa de la discapacidad en España, los grupos sociales en situación de mayor vulnerabilidad tienen más riesgo de sufrir discriminación interseccional, entre los que se encuentran las personas con discapacidad.
Por ello, defiende que, cada vez más, los organismos internacionales de derechos humanos deben incluir en sus análisis y observaciones el impacto tanto negativo como positivo de la inteligencia artificial, teniendo como marco referencial la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
RIESGOS Y OPORTUNIDADES
Los principales riesgos que el movimiento CERMI identifica para las personas con discapacidad se centran en el peligro de usar la inteligencia artificial para justificar la selección genética de personas sin discapacidad, y emplear modelos de normalización que no tengan en cuenta la diversidad humana o incluso que contengan datos que incluyan estereotipos y prejuicios sobre la discapacidad, entre otros.
En cuanto a los beneficios destaca la facilidad de acceder en mayor medida a la información y la comunicación en todos los medios y formatos; la contribución para superar problemas de accesibilidad del entorno; la ayuda en la toma de decisiones, y la creación de robots de apoyo en la asistencia personal y sanitaria.
Precisamente, para maximizar los beneficios y evitar los perjuicios, el movimiento CERMI reivindica que el despliegue y gestión de la inteligencia artificial ha de estar sometido a procedimientos democráticos de gobernanza que garanticen la transparencia, la rendición de cuentas y la participación de todos los grupos de interés en la toma de decisiones y en la validación de soluciones.
“Las personas con discapacidad son un grupo de interés legítimo de la inteligencia artificial que ha de tener asegurado un rol en el gobierno de estos sistemas”, apostilla el CERMI.