La “s” de social apenas tiene peso en los discursos y menos aún las practicas más extendidos de la sostenibilidad, en los que prima de modo casi exclusivo lo económico y lo ambiental, alertó hoy el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).
Lo social, ese factor que confiere calidad y calidad a las democracias, está siendo orillado, en beneficio de la dimensiones económica y medioambiental, que saturan lo que se dice y se hace en materia de sostenibilidad, tanto en la esfera pública como en la del mercado.
Así lo ha denunciado el presidente del CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno, durante la clase magistral impartida hoy en Oviedo (Asturias) en el marco de una jornada sobre los objetivos de desarrollo sostenible y los derechos de las personas con discapacidad organizada por el Principado de Asturias y el CERMI regional, con motivo del 25 aniversario de esta plataforma cívica.
La sostenibilidad al uso corre el riesgo de dejar marginada, mediante sus matrices de aceptación y expulsión, a lo social, y por tanto las personas con discapacidad y a sus derechos humanos. Puede darse la paradoja de que se termine salvando el continente (el entorno, los medios de producción, etc.) pero no el contenido, las personas, advirtió el dirigente del CERMI.
Ante ello, el activismo cívico y en especial el de la discapacidad, ha de reaccionar, enarbolando a tiempo y a destiempo la bandera de lo social, del modelo social de la discapacidad que tiene su mejor instrumento en los derechos humanos. Por sí mismos los objetivos de desarrollo sostenible poco van a transformar la vida de las personas con discapacidad si no se enmarcan en algo mayor y más exigente como es la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidades, zanjó Perez Bueno.