La Inteligencia Artificial (IA) como hecho social y político, como manifestación de poder, debe ser gobernada y participada democráticamente por todos los grupos de interés a los que alcanzan sus efectos, entre ellos la sociedad civil y los movimientos sociales más concernidos.
Así se ha expresado hoy Luis Cayo Pérez Bueno, presidente del CERMI, durante su intervención en el curso “Derechos Humanos e Inteligencia Artificial, ¿una convivencia posible?”, organizado por la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes y Asuntos Constitucionales en el marco de la universidad de verano de la Complutense de Madrid, que se celebra en San Lorenzo de El Escorial, en Madrid.
Para el responsable del CERMI, la IA forma parte de algo mayor, la Inteligencia Colectiva, que es un bien público, que pertenece a la comunidad humana y que por tanto ha de estar al servicio del interés colectivo. En su opinión, “no es algo técnico, en lo que solo tienen voz los especialistas o los gestores, sino que como hecho de poder, como bien público, se convierte en una cuestión política, lo que abre necesariamente la puerta a la democracia, a la participación y al gobierno comunitario”.
Más allá de las oportunidades y amenazas inherentes a la IA, como acontecimiento que puede constituir la base de una nueva era, una nueva civilización o incluso una nueva especie humana, como afirman sobre su significación y alcance algunas voces extremas, es un hecho incuestionablemente político, en el que se juega el poder efectivo a escala global.
“Ahora, apuntó Pérez Bueno, la IA está en buena parte en manos oscuras, en la de grandes corporaciones no democráticas, no sometidas a control, que la usan para su poder y su lucro, esta es su máximo peligro”. Se impone, afirmó el representante del CERMI, abrir paso a un gobierno participado de la IA, en el que la sociedad civil ha de estar presente y vigilante.