- Con motivo del Día Europeo por la Igualdad Salarial entre Hombres y Mujeres que se celebra hoy, 22 de febrero, CERMI y la Fundación CERMI Mujeres recuerdan la situación de especial vulnerabilidad que viven las mujeres con discapacidad.
- La brecha salarial entre hombres y mujeres con discapacidad es del 12,5% (INE, 2020).
(22 de febrero de 2022). – El Comité Español de Representantes de personas con discapacidad (CERMI) y La Fundación CERMI Mujeres (FCM) ha denunciado públicamente con motivo del Día Europeo por la Igualdad Salarial, la brecha salarial que existe no solamente entre mujeres y hombres en nuestro país, sino también entre las personas con y sin discapacidad, teniendo en cuenta que las mujeres con discapacidad son las que se encuentran situadas en una posición de mayor desigualdad.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el salario medio anual bruto de las personas asalariadas con discapacidad en el año 2020 ascendió a 20.799,3 euros, mientras que para las personas sin discapacidad este salario asciende a 25.305,3208 euros. Esto significa una diferencia del 17,8% donde las personas con discapacidad perciben 4.506 euros anuales menos.
Al comparar las cifras entre mujeres y hombres los datos indican que el salario de las mujeres con discapacidad fue de 19.237,4 euros de media por trabajadora y año, mientras que para los hombres fue de 21.995,9 euros. De esta manera, la brecha salarial entre hombres y mujeres con discapacidad es del 12,5%, es decir, las mujeres con discapacidad tienen un salario inferior respecto a los varones con discapacidad en un 12,5%. En términos absolutos esto significa que las mujeres perciben 2.758,5 euros menos.
Además de denunciar esta injustificable desigualdad salarial, CERMI y la Fundación CERMI Mujeres aprovechan para reivindicar, un año más, la puesta en marcha de una política pública en cuanto a la conciliación y corresponsabilidad de la vida familiar y laboral que facilite el acceso y la permanencia en el mercado laboral a las mujeres con discapacidad de nuestro país.
Asimismo, las políticas de empleo deben tomar en consideración el doble enfoque del género y la discapacidad, asegurando siempre los recursos adecuados para garantizar el empoderamiento de las mujeres con discapacidad y la percepción de un salario igualitario.